Hoy, y tras varios años, vuelvo a ANA y MÍA, mi vida ha vuelto a ser un desastre, nunca debí dejarlo, de mis 45 kg pasé a los 69,9kg. Mi vida se hunde estoy encerrada en una bola grasienta que es mi cuerpo.
Esto no puede seguir así, mi novio ya ni me toca, ni me mira, dormimos en la misma cama como quien duerme sólo, ni nos rozamos, me rechaza...y tosdo es por mi peso... ¡¡ESTOY DECIDIDA!! Ana nunca debí dejarte, voy a recuperar mi vida y sé que sólo tu puedes ayudarme; recuriremos a MÍA siempre que sea necesario!! Nuestra meta serán los 50 kgs. y después ya veremos si la aumentamos más.

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